La MENTIRA PIADOSA es lo menos piadoso que existe

MentiraLa mentira piadosa es como la discriminación positiva: Una farsa… Una farsa que, en este caso, suele esconder el egoísmo del mentiroso y que, al descubrirse (todo se sabe), añade crueldad a ese egoísmo…

Aunque es cierto que el adjetivo «piadosa» intenta explicar que es una mentira que no beneficia directamente al mentiroso sino al mentido, en el fondo de la cuestión, el interés del mentiroso piadoso es tan egoísta como el del mentiroso «tradicional»: Poder obrar con libertad sin dar demasiadas explicaciones… Realmente, como pasa con la supuesta discriminación «positiva», el adjetivo «piadosa» sólo intenta enmascarar la mentira en sí misma, sin más adjetivos demagógicos.

Sólo tolero la supuesta mentira «piadosa» hacia aquellas personas objetivamente inmaduras (niños, enfermos mentales, etc.) que no son capaces de tolerar la realidad. Curiosamente, creo que los «mentirosos piadosos» suelen ser precisamente también muy inmaduros. Es decir, son aquellos que no son capaces de tolerar la realidad y creen que el resto es como ellos… Creen o quieren creer más bien, movidos por su egoísmo insaciable y propio de su inmadurez.

Todo lo que basemos en mentiras, del tipo que sean, siempre estará en un equilibrio muy inestable que, tarde o temprano, sucumbirá… Hay personas que basan su «realidad» en infinitas mentiras y además se las creen… Su vida pues, se convierte en una gran farsa. Una gran farsa que intentan disimular con más y más mentiras… Esa vida es una auténtica novela que está entre el género de la ciencia-ficción y la tragicomedia. Ciencia-ficción por lo irreal que es. Tragicomedia por lo trágico y absurdo de esa vida. Debe generar mucha angustia ser consciente de esa situación. «Afortunadamente», parece que pocos de estos individuos llegan a ser conscientes de esa gran obra de teatro que es su vida.

Finalmente, como en otras muchas actitudes humanas negativas, parece que el «mentiroso piadoso» o, simplemente mentiroso, se hace más daño a sí mismo que a quien miente… Al fin y al cabo, la víctima tiene la opción de rechazar al mentiroso. Sin embargo, estos mentirosos compulsivos parecen estar esclavizados a esa actitud de por vida. Ellos son sus verdaderas y definitivas víctimas pues.

Parece ser otro ejemplo de lo que siempre suelo deducir: No existe la maldad, sólo existe la enfermedad y la ignorancia… En este caso, parece tratarse de una grave enfermedad, muy sutil pero muy destructiva con el paso de los años: La mentira. Supongo que por esta razón, insistimos tanto en que nuestros niños no mientan nunca: Les va la vida en ello o, cuando menos, su salud mental, su equilibrio emocional, …; su felicidad en definitiva…

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